Antes que nada, lo felicito. Tener una PTAR de agua de tipo doméstico o comercial funcionando perfectamente no es fácil, como hemos visto y compartido en varios artículos. Ahora usted se encuentra en la envidiable y muy responsable posición en donde su planta garantiza que los recursos naturales no se ven afectados por sus acciones y que usted renueva la capacidad del agua para satisfacer de manera segura las necesidades del ecosistema en el presente y sus buenas prácticas lo garantizan para el futuro, eso es sostenibilidad ambiental. También, usted está contribuyendo al bienestar de la sociedad brindando a sus empleados y usuarios un ambiente de trabajo y vivienda seguro y digno, bajo condiciones que promueven su desarrollo, eso es sostenibilidad social. Sin embargo, toda actividad debe también generar beneficios económicos para ser sostenible, sus ingresos deben ser mayores que sus egresos y su PTAR puede maximizar los primeros, minimizar los segundos o ambas, veamos cómo.
Una planta de tratamiento es un sistema abierto donde ingresa agua residual con unas condiciones dadas y, a través de una serie de transformaciones basadas en operaciones y procesos unitarios, se obtiene un agua en condiciones deseadas; esas condiciones deseadas normalmente las establece la legislación ambiental dependiendo del lugar de vertido y su caudal, además del uso que se les dé a dichas aguas. Estas transformaciones, a través de las etapas de: pretratamiento, tratamiento primario, secundario y terciario, y, en caso de desarrollos comerciales se tiene, a veces, tratamientos de agua grises, es decir, aquellas provenientes de lavados y con altos contenido de jabones y detergentes, remueven sólidos del agua, desde los más grandes a los más pequeños, ya a escala molecular, produciendo por un lado agua limpia y, por el otro lado, sólidos como: grasas, lodo y basuras en general, ambos aprovechables, recordemos: La basura que generamos solo demuestra lo limitado de nuestra imaginación.
Como vimos, nuestra sostenibilidad económica se debe buscar a través de dos aproximaciones: maximizar los ingresos y minimizar el gasto, así que empecemos:
- INGRESOS:
- Venta de subproductos: Las grasas y lodos valen dinero. Las grasas se utilizan en la manufactura de jabón y detergentes en general, dependiendo del volumen de grasa que usted pueda acumular, es atractivo para las empresas que manufacturan estos productos recoger y pagar por esta grasa. No requiere ningún tipo de acondicionamiento y estas empresas ya cuentan con los sistemas de trasiego para su recolección. Por otro lado, los lodos son fuente de abono orgánico y varias empresas también los recolectan para, una vez acondicionado con nutrientes y minerales, venderlo en el mercado.
- Publicidad verde: Es la tendencia y debemos ser congruentes con ella, no hay nada de malo es sentirnos orgullosos de nuestra gestión y gritarlo a los cuatro vientos. Nuestros usuarios son cada vez más receptivos a productos sostenibles con el medio ambiente y están más inclinados a consumir aquellos con este sello. Parte de la sostenibilidad social consiste en ser empáticos con nuestros semejantes y nuestra forma de gestionar el recurso hídrico así lo demuestra. Es hora de que nuestros semejantes conozcan de nuestra labor y esfuerzo en ser sostenibles, de esta manera seremos más atractivos y muy probablemente más rentables en todo el sentido de la palabra.
- GASTOS:
- Ahorros en abono: Si la cantidad de lodo generado en su PTAR no es atractiva para las empresas de abono, sea usted su propio cliente y ahorre en el abono que utiliza en sus zonas verdes y jardines. A través del compostaje del lodo, que, junto con las hojas y basura orgánica de su desarrollo, son una fuente de materia orgánica, usted puede ser autosostenible. ¿Preocupado por el olor?, los métodos de compostaje involucran prácticas operacionales que mitigan el olor, y con la adición de nitrógeno y fósforo usted tendrá el mejor abono que puede usar, y hasta vender el excedente.
- Ahorros en consumo de agua: Aquí está el aporte mas tangible a su sostenibilidad económica: reuso de agua. ¿Dónde?, riego, lavados, sistema contra incendio y sistemas sanitarios. El agua que se usa en la mayoría de estas actividades en residenciales y comercio no debe ser potable según ley. Obviamente en fuentes de agua como duchas, lavamanos, lavaplatos si, pero en sanitarios y riego no, y estos pueden constituir hasta un 50% del consumo de agua de su desarrollo. Con un buen tratamiento de agua grises, es decir aquellas que provienen de lavado de manos, duchas y lavaplatos, junto con un correcto tratamiento de aguas residuales ordinarias, es decir las provenientes de inodoros y orinales usted podrá satisfacer sus necesidades de consumo en un 50%.
Ahora, ¿es rentable si pensamos en la inversión inicial?, respuesta corta, sí. Usted ya hizo la inversión inicial, es su planta de tratamiento de agua, ya hizo lo que debía para ésta sea sostenible ambiental y socialmente, lo único que necesita es una pequeña inversión en tratamiento terciario, es decir, la remoción de pequeñas partículas a través de filtros sencillos y una adecuada desinfección con cloro u ozono. Luego, un sistema de bombeo a su red sanitaria o de riego, un tanque de recolección y, ¡ya está!, 50% de ahorro en su factura de agua.
Hagamos cuentas: Una persona consume 120 a 150 litros por día en casas y unos 80 litros en comercios[1], es decir, unos 100 litros en promedio por persona por día. Así las cosas, 1000 personas consumen unos 3000 m3 por mes, a $1 que es el costo del m3 promedio[2], tenemos que la factura mensual en agua potable de mi empresa proveedora de servicios es de $3.000. Reduciendo este gasto en un 35%, para ser cautos, tenemos que estoy ahorrando casi $1.000 por mes. Esto significa que mi retorno de inversión inicial para implementar el reuso de agua será menor a 1 año en residenciales y 2 años en comerciales. De ahí en adelante esos $1.000 por cada 1000 personas son suyos. Nada más sostenible que eso.
Ya usted hizo lo más difícil y costoso, ya tiene una PTAR que funciona y opera sosteniblemente. La idea que este tipo de sistemas son un gasto no solo está en el pasado, sino que no es sostenible. Su planta necesita generar ingresos o al menos reducir los gastos de toda su gestión hídrica. El camino más inmediato: el reuso de agua.
«Es sin discusión uno de los estandartes de la economía circular, el nuevo paradigma que se ha adueñado de los discursos y estrategias sobre el desarrollo sostenible. La reutilización del agua ha dejado de ser un recurso marginal y se ha convertido por derecho propio en una herramienta esencial para afrontar uno de los desafíos más generalizados que enfrentan las sociedades de nuestro tiempo: la escasez de agua.»[3]
[1] Norma técnica colombiana NTC 1700 y NTC 1500
[2] Tomado de página web de empresas de servicios públicos varias, sección contraloría de servicios públicos.
[3] Tomado de editorial de iAgua Magazine 12