Las grasas y aceites constituyen uno de los contaminantes más fáciles de remover, aparentemente, y que al mismo tiempo tiene mayor impacto en la eficiencia de mi PTAR. Las G y A afectan negativamente la transferencia de oxígeno del medio al agua, y del agua a los microorganismos encargados de oxidar la materia orgánica. Por otro lago, disminuyen la velocidad de sedimentación, disminuyendo la densidad del sólido a separar. Finalmente, puede, aglomerado con otro tipo de sólidos como papel, cabello y toallas, generar taponamientos en las líneas de agua (fatbergs) con los costos de mantenimiento y parada asociados. Las G y A, forman una capa en la superficie de los cuerpos de agua, que impide la transferencia de oxígeno de la atmósfera al agua. También, recubre la superficie de las bacterias impidiendo la respiración y oxidación, reduciendo la eficiencia de los procesos secundarios hasta en un 70% y generando malos olores. También genera un sobrenadante de baja densidad compuesto de bacterias muertas y grasa. La flotación de sólidos en sedimentadores es otro efecto del exceso de grasa, al ser menos densa que el agua, las G y A disminuyen la eficiencia de los procesos de sedimentación primarios, generando problemas en los procesos subsecuentes debido al arrastre. Finalmente, esta amalgama de grasa, sólidos separables y basura en general crea enormes taponamientos en válvulas antiretorno, bombas y tuberías en general, que a veces requieren reemplazo y paradas. ¿Como evitar problemas?, la incorporación en el diseño de trampas de grasa, programas químicos o biológicos de control a través de degradación y separación con bacterias y coagulantes, y equipos de flotación de G y A emulsionadas, mejoran la remoción de este contaminante aumentando enormemente la eficiencia de mi PTAR.