Lo que funciona bien, no se debe tocar, dicen por ahí. Sin embargo, para avanzar, como en el ajedrez, si no se mueven las fichas, no se gana, y de eso se trata la innovación, de mover las fichas de forma inteligente para, poco a poco, a través de una estrategia orientada en resultados basada en la innovación, lograr ser cada vez más sostenibles ambiental, social y económicamente.
¿Cuál es la ruta por seguir para, garantizando la seguridad de mi estado actual, poder mejorar mis parámetros de cara a una operación sostenible?, veamos paso a paso el camino seguro.
Paso 1: Registre su situación actual. ¿Cómo sabremos que mejoramos si no sabemos el valor de nuestros parámetros críticos al empezar el proceso? Ahora bien, ¿qué parámetros son críticos en nuestra operación: ¿DQO?, ¿Grasas y Aceites?, ¿Sólidos Suspendidos?, ¿qué rango de estos parámetros críticos es aceptable para nosotros, o recomendado por nuestros proveedores, operadores y la gerencia?, ¿cuál es la situación actual de nuestros equipos?, ¿funcionan de manera óptima? Tengamos a la mano la última caracterización de agua, también el diagrama de flujo donde conozcamos el camino de agua y lodo a través de la PTAR. Conozcamos el orden de nuestros procesos unitarios de tal manera que podamos determinar la función de cada uno y su comportamiento dentro del todo. Establezcamos los diferentes sectores en nuestro proceso productivo que genera agua residual, ¿donde confluyen?, ¿cuál es el punto de entrada a nuestra PTAR?, ¿Dónde están ubicados los diferentes sensores, actuadores que miden y controlan los diferentes parámetros? En general, tomemos una foto del “antes” para después poderla compararla con el después y ver si valió la pena el esfuerzo, y le aseguro que así será.
Paso 2: Defina sus objetivos y establezca un plan para implementar las mejoras. La idea es mejorar, ¿pero mejorar que?, fácil, nuestra sostenibilidad: ambiental, social y económica, es bastante general decir que quiero ser más eficiente, optimizar mi operación o reducir mis costos. Y de acuerdo, en la mayoría de los casos, el primer objetivo, orientado a la sostenibilidad económica, es la reducción de costos, y ésta debe enfocarse en la reducción de la energía, asociada también a la sostenibilidad ambiental, y el mayor consumo en una PTAR se observa en la energía necesaria para oxidar la materia orgánica en los reactores secundarios. Normalmente, en la mayoría de las plantas, las cargas orgánicas, medidas en DQO y DBO, están asociadas al tipo de sólido que ingresa al tratamiento secundario y son más altas de lo normal. Estas cargas se pueden reducir mejorando procesos previos, casi siempre ubicados en el pretratamiento. Otro objetivo, orientado a reducción de costos, debe estar asociado al tipo y cantidad de los insumos que utilizo: polielectrolitos, bacterias, antiespumantes, controladores de olores, desinfectantes, éstos deben ser evaluados y la búsqueda de alternativas o mejores prácticas de preparación y dosificación puestas en la mesa. Finalmente, objetivos de sostenibilidad social, por ejemplo, la de nuestros operadores, debe ser tomada en cuenta, la mejora de condiciones de trabajo no necesariamente implica grandes inversiones y están asociadas con mejores prácticas, con equipos y herramientas idóneas, además de procedimientos y capacitaciones que mejoren la capacidad del operador de reaccionar ante los inconvenientes, estas acciones siempre representarán reducción de costos. Finalmente, el objetivo último, la sostenibilidad ambiental, ya no sólo basada en nuestro efluente, sino en el manejo y disposición de nuestros subproductos, tanto sólidos, líquidos como gaseosos, y el aprovechamiento de éstos para buscar una economía circular con base en el reuso, reducción, reciclo y redistribución de recursos debe ser prioridad.
Paso 3: Implemente, pero poco a poco. Nuestra planta está bien y, así como a la naturaleza no le gustan los cambios bruscos ni los picos, tampoco a nuestra planta. Vamos con cuidado y con base en la hoja de ruta que nos dan nuestros objetivos establecidos. Empecemos con lo más sencillo de implementar, normalmente en el sector del pretratamiento, mejorar la remoción de sólidos “gruesos” de tipo sedimentable o separable en las rejillas y tamices es fácil y nunca afectará negativamente nuestro sistema. Sigamos con los procesos de medición de pH y homogeneización, además de verificar el funcionamiento de caudalímetros para conocer picos en el caudal y otros parámetros importantes. Prosigamos con el tratamiento primario y evaluemos puntos de mejora en la preparación y dosificación de coagulantes y floculantes, desde la concentración, puntos de dosificación, curvas de eficiencia del producto con base en el pH y tiempos de retención, tiempos de maduración y tipo de bomba de alimentación. Si tenemos tratamiento terciario, sigamos allí, dejemos el tratamiento secundario para lo último, por ser nuestro sistema más delicado y cuya recuperación, en caso de percance, tomaría más tiempo. Además, muchas veces, con los cambios realizados en los procesos de pretratamiento y tratamiento primario, los efectos positivos en el tratamiento secundario saltan a la vista. Luego de, UNOS MESES, y habiendo dado tiempo a nuestras bacterias de adaptarse a los cambios en los procesos anteriores, podemos realizar poco a poco, mejoras en nuestro tratamiento secundario, un manejo de picos de costo energía a horas determinadas, es la primera fase, el manejo del oxígeno durante estos períodos, realizado de manera consciente reduce significativamente la cuenta de luz, la correcta difusión de aire, a través de membranas de burbuja fina, ubicados estratégicamente, o turbinas de inyección es otro paso a seguir, finalmente el control de los caudales de recirculación y desecho de lodo activado mejorarán el control de la edad del lodo, el tipo de bacterias, evitando las filamentosas y mejorando la sedimentabilidad del lodo, en ocasiones el cambio de tecnología a lechos móviles, Bioflot o DAF secundario, membranas y manejo de nitrógeno, fosforo y nutrientes nos colocan en una posición más robusta de cara a cambios y ampliaciones en los procesos productivos.
Paso 4: Registre. Lleve una bitácora de cada cambio de manera meticulosa, de esta manera podemos hacer relaciones de causa y efecto, estudiar correlaciones, volver sobre nuestros pasos, en caso necesario, y luego, en un estado seguro, pensar y determinar nuevas estrategias. Sería ingenuo pensar que podemos establecer una hoja de ruta desde el principio y prever todas las contingencias, si usted tiene experiencia sabe que las plantas son sistemas caóticos y algunas veces caprichosos, son múltiples variables interdependientes entre si y, como lo define un sistema caótico, las mas mínimas variaciones en una variable pueden tener grandes repercusiones en otras, como el famoso “efecto mariposa”.
Paso 5: Compare. Esto es un proceso científico y por lo tanto se basa en él. Una vez: 1. definido el problema (Paso 1: Registro de estado actual), 2. formulación de hipótesis (Paso 2: Defina sus objetivos y establezca un plan para implementar las mejoras), 3. recopilación y análisis de datos (Paso 3: Implementación y Paso 4. Registro), 4. confirmación o rechazo de hipótesis y 5. resultados, es decir, en este paso comparemos los resultados del antes y después de cada etapa de la implementación, y confirmemos o rechacemos el cumplimiento de objetivos. Es posible que no todas las mejoras nos parezcan convenientes o satisfactorias, pero si la mayoría lo hacen, estaremos en un mejor lugar que cuando empezamos, seremos mas sostenibles.
Paso 6: Decida con la calculadora. Método científico, 6. conclusiones. En este paso y con base en el problema, la hipótesis, los datos, la confirmación de resultados, hay que decidir que se debe, se puede y queremos implementar. Hay que ser consientes que una planta tiene necesidades ilimitadas y recursos limitados. Así que hay que ser objetivos y hacer un análisis financiero de retorno de inversión, ROI, donde, con números, que representan dinero, conozcamos los montos de las inversiones, los gastos y costos asociados a su implementación y puesta en marcha, su gasto operación, ahorros asociados, ventajas no monetarias (como publicidad como empresa sostenible o de economía circular) y con estos datos tomar una decisión que nos garantice ser mas sostenibles económicamente, poder mejorar el ambiente laboral de nuestros empleados y la comunidad y finalmente ser más sostenibles ambientalmente, pero decidiendo con números obtenidos en el proceso.
Paso 7: Socialice: Somos seres de costumbres, no nos gusta salir de la zona de confort y menos cuando las cosas están bien y la estamos acostumbrados a ellas. ¿Porqué cambiar?, el rechazo va a ser un asunto que debemos abordar, ¿cómo?, involucrando a las partes desde el paso No1, a la gerencia, a producción, mantenimiento, finanzas, administración, nuestros operadores y hasta a la comunidad, explicar que la idea es estar mejor, ser más sostenibles, contribuir de forma positiva al ambiente, a sus familias y la rentabilidad. Ser claros en la enorme responsabilidad de hacer cambios y la conciencia de que es algo arriesgado si no se hace de manera planeada, poco a poco y con una teoría sólida basada en el conocimiento y una experiencia previa capaz de reaccionar de forma proactiva ante situaciones inesperadas. Si todos son tomados en cuenta, son consientes de los beneficios, están claros en el proceso y las garantías que ofrece la planeación, podemos contar con un equipo multidisciplinario que nos brindara aparte, consejos y en general valiosa información de cara a cumplir objetivos comunes…sostenibles.
Paso 8: Vuelva al paso 1. Blockbuster no lo hizo, Kodak tampoco, Blackberry lo pensó mucho, y finalmente salieron del mercado, no fueron sostenibles, no movieron las fichas, no jugaron ni arriesgaron y si en este mundo de negocios cada vez mas competitivo usted no se mueve de forma constante y con sabiduría, los días para el planeta, nuestra comunidad y el planeta están contados.
Todo se trata de salir de la zona de confort, porque en los negocios, esa es la zona donde todo acaba. Tenemos que mejorar de forma constante, incluso cuando las cosas aparentemente están bien, desde cosas muy simples como aumentar la capacidad de asumir anomalías e inconvenientes en nuestra planta, hasta cambios de tecnología que nos vuelvan más eficientes, pero paso a paso, poco a poco, con un plan basado en el método científico, objetivos establecidos por todas las áreas de la empresa, que sean realistas y claros, con decisiones basadas en resultados, análisis y datos que permitan tomar decisiones puntuales en cada paso, sin sobresaltos, ni sorpresas, pero con un solo objetivo la sostenibilidad, que lo que hagamos hoy garantice que en el futuro también se puedan satisfacer necesidades tanto ambientales: en un lugar habitable y apto para la vida, sociales, donde podamos desarrollarnos de manera digna junto con nuestra comunidad, y económica, es decir que estas actividades generen valor y rentabilidad para permitirnos crecer y mantener nuestra operación vigente. La incertidumbre desaparece a medida que la razón emerge.