Todos hemos estado en esa comprometida situación. El nivel de agua sube rápidamente ante la impotencia del operador que trata desesperadamente que el agua no se desborde. Si es una estación depuradora el problema es peor, las implicaciones son serias y comprometen la salud pública: malos olores, contaminación, labores de limpieza y en últimas, pérdida de confianza en nuestra labor como gestores del ciclo de agua.
¿Qué pasó? ¿demasiado caudal? ¿taponamiento de la bomba? ¿falló el sistema de control de nivel? ¿falla en el sistema de válvulas o la tubería? Todos hacen sus conjeturas, pero el culpable es solo uno, diseño deficiente.
El pozo es el corazón del sistema circulatorio de nuestra planta, su colapso afecta todas y cada una de las funciones posteriores, eso genera gastos adicionales que a la larga nos pasarán la factura y nos arrepentiremos de no haber invertido más en el
Vamos por partes. Identifiquemos las causas del problema en orden de probabilidad de ocurrencia, actual o potencial, y busquemos soluciones, por que afortunadamente las hay.
Antes que nada, diseñe un bypass, así tendrá unos minutos para pensar con claridad y ejecutar las medidas correctivas. Parece obvio, pero he estado en muchas plantas donde simplemente hay que ver, con todo el estoicismo que requiere, el agua cruda inundarlo todo y haciendo más difícil las labores correctivas y preventivas.
Ahora si, lo primero es identificar si la bomba o el sistema de trasiego de agua en general, incluidas las tuberías, accesorios, válvulas y elementos de control pueden, o podrían, potencialmente taponarse. Independientemente del tipo de agua que ingrese a la planta, la respuesta es, ¡si!, 100% seguro que si. Si usted diseña, o ya está operando una planta de tratamiento (inclusive de circulación de agua destilada), sabrá que, aunque inconcebible, siempre caen sólidos gruesos en el sistema de manera inexplicable: hojas, arenilla, envolturas, cabello, grasa, etc, y todos estos elementos tienen el potencial de tarde o temprano taponar el sistema. Solución: ponga un sistema de remoción de sólidos, ¿cuál? el que más se amolde a su afluente y presupuesto, desde manual a automático, puede ser desde una reja electrosoldada de 100 mm de luz de paso, una rejilla automática de 5 mm, un tamiz de 1 mm, un tornillo de desbaste automático, un filtro de 100 micras, hasta un sistema de nanofiltración. Adicionalmente, muchas plantas presentan problemas de taponamiento por «fatbergs», esas detestables amalgamas de grasa, toallitas húmedas, cabello, sólidos separables, y tantas cosas más, que poco a poco taponan las tuberías como el colesterol a nuestras venas. La solución, una trampa de grasa, simple, económica, para remover por flotación grasas libres.
Suficiente con eso, no. Los que hemos estado en esto por años sabemos que tarde o temprano, a pesar de las rejas, rejillas, tornillos, tamices y trampas de grasa, las bombas se tapan, ¿qué hacer? Lo primero, sea precavido y sincero, elija bombas acordes a la cantidad de sólidos y caudal que maneja, o piensa manejar, estas bombas, la mayoría sumergibles, vienen con sistemas de cuchillas que cortan los sólidos y las fibras que causan taponamientos. La otra consideración, basada en experiencia más que en datos de la mesa de diseño, es seleccionar equipos de bombeo con un diámetro de succión grande, el mayor que le permita su diseño. ¿La razón?, más operativa y práctica, trate de tomar un batido de frutas con una pajilla de café, una de soda y otra de batido (las grandes), y el esfuerzo en su boca al succionar le dará la respuesta. Ojo, recuerde tomar en consideración estos cambios de diámetro en su diseño final, ya que afecta el caudal, la presión, velocidad del fluido y su relación con el TCH (Total de Carga Hidráulica) de su sistema. También, invierta en equipos de calidad, robustos y que entreguen las características de trabajo que prometen en las especificaciones. Finalmente, instalé sistemas de izado, muchas veces incluidos con las bombas, que le permitan remover los equipos para eventualmente realizar una limpieza manual, así no tendrá que detener la operación, drenar el pozo, limpiar el fondo y retirar las bombas ancladas con pernos que muy seguramente estarán corroídos.
Si hacemos lo anterior, la probabilidad que tengamos problemas con nuestro pozo de bombeo se reduce.
Hay que pensar ahora en la geometría del pozo, su volumen debe ser generoso, si las condiciones lo permiten (cota del afluente, nivel freático, área disponible). Recordemos que, en muchos casos, nuestro pozo será también el homogeneizador. Si este es el caso, es necesario colocar planos inclinados que eviten la sedimentación de lodos en las esquinas (en caso de estaciones de bombeo rectangulares), pueden incluir un sistema de agitación, mecánico o por aire, que impediría la sedimentación en general de todo tipo de sólidos, en especial arena proveniente del sistema de drenaje del área de la planta de producción, o residencial, que potencialmente causará problemas.
La tubería de entrada no debe quedar cerca de las bombas, ya que se tendrá un efecto de corto circuito hidráulico (entrada excéntrica) en la succión causado por el torrente circular en la entrada de la bomba, ¿la solución? Cámaras de succión o una mampara que al menos distribuya el flujo hacia los lados. Los sensores de nivel, de tenerlos, deben garantizar un nivel óptimo de succión. Para el ajuste de bajo nivel, se debe garantizar que la bomba no succionará aire, provocando cavitación, lo cual también ocurre si se presenta caída de agua desde una altura superior alta. El sensor de alto nivel debe impedir no solo el desbordamiento, dando tiempo suficiente a las bombas para descargar el pozo, sino impedir malos olores.
Por último, pensar en ampliaciones, si es posible por espacio y presupuesto, colocar una bomba adicional, que permita aumentar la capacidad de vaciado del pozo en caso de picos por condiciones anómalas. El pozo es el corazón del sistema circulatorio de nuestra planta, su colapso afecta todas y cada una de las funciones posteriores, eso genera gastos adicionales que a la larga nos pasarán la factura y nos arrepentiremos de no haber invertido más en él. Ya lo decían las abuelas: «prepárate para lo peor, esperando lo mejor.»